Santiago Gómez, que es un Maestro Zen y uno de los grandes a los que no nombré en el “Inicio” del blog, me envió un día el siguiente mensaje:
“No siempre puedes controlar lo que pasa afuera, pero siempre puedes controlar lo que sucede en tu interior”
Twameva Yoga
¿Te parece amig@ del blog que reflexionemos sobre esto?
Ojala que seas tan afortunado que estés obteniendo ahora mismo para tu vida un gran bienestar económico, afectos sinceros y una salud perfecta. Y ojala que te dure para siempre.
Sin embargo, a la mayoría de las personas, tarde o temprano, se nos presenta lo largo de nuestra existencia algún gran desafío en el área de la salud, del dinero o del amor. Y no siempre está en nuestras manos satisfacer en plenitud esos tres anhelos humanos.
Esa pérdida de control sobre los acontecimientos lleva aparejado con frecuencia un gran sufrimiento.
El tema es cómo dejar de sufrir, puesto que sufrir desestabiliza nuestras emociones y afecta a la salud.(Aunque, haciendo un inciso, hay personas adictas al sufrimiento que incluso lo utilizan, casi siempre de forma inconsciente, como arma de destrucción masiva)
Pues bien, en aquel mensaje está una de las más poderosas claves para una buena vida, es decir, llevar nuestra atención sobre lo que sí que tenemos control y que es ese “uno mismo” que reside en nuestro interior.
Se trata de vivir con serenidad aquello que sobrevenga , RESPIRARLO y aceptarlo SIN RESIGNACIÓN.
Conseguir esto cuando se esta proceso de una gran adversidad o de una enfermedad importante , es complicado…y sin embargo al mismo tiempo parece muy sencillo…Yo me encuentro en pleno proceso de aprendizaje; quizás tu estés en ello…observo esos pensamientos que llegan con sus amenazas. Los dejo ir. A veces se quedan un ratito, los acepto…se retiran…y emprendemos a continuación acciones sabias en el camino de la superación y el amor a la vida.
Se que ahí está la clave para vivir el dolor sin sufrimiento. Y quiero tener la sensación de que estás de acuerdo conmigo.
No importa quien eres, cómo te llamas o si eres hombre o mujer; nada de eso importa; tampoco lo lejos que te encuentres..
Si estás enferm@ , respiremos junt@s AHORA con una intención sanadora. Hagamos en estos momentos una profunda inspiración, muy lentamente y a continuación, una muy lenta espiración. Propongo un ciclo de 9, incorporándolo a lo largo del día con una especie de Stop’s , al menos un par de veces.
Con el tiempo, esto que parece tan simple, resulta ser bastante curativo. El miedo se retira contrariado y va dejando paso a “otra cosa”.Podemos experimentarlo.
Aunque ni tu ni tus seres queridos estéis en estos momentos enfermos , te invito igualmente a unirte a nosotros. Hay buenas razones para hacerlo.
Buenas noches